Como me encanta el verano.!!
Cuando llegan las ansiadas vacaciones, nuestra vida cambia el chip, y parece que se abra ante nosotros un nuevo mundo,
¡¡ Por fin llegaron ¡¡
Preparamos todo con esmero, hacemos el equipaje, nos cargamos de ilusión y ganas de disfrutar, nos lanzamos a la carretera, y cuando llegamos a nuestro destino, una vez que deshacemos las maletas, nos alienamos, nos igualamos al resto de la gente que nos rodea, acudimos en masa a los mismos sitios, y bien sean destinos de playa, montaña, o al pueblo… en algo coincidimos todos, estemos donde estemos, ya que casi todos llevamos las mismas rutinas.
A mí personalmente me gusta la playa, el mar, las olas y el aroma que lleva la brisa marina. Disfruto con la arena,  el agua, los rayos de sol en mi piel, y con una buena compañía…

Los hoteles de playa , tienen un público muy variopinto, diferentes todos, pero a la vez muy iguales… Los estereotipos no conocen ciudades, regiones ni países.
Una vez instalados, comienza lo que llamamos “nuestras mejores vacaciones”
 Nos levantamos más o menos pronto… algunos madrugan bastante, (son horarios europeos, y el comedor se cierra) y con esa premisa  bajamos a desayunar al Buffet, arrasamos con todo, como si fuera la última vez que comemos caliente, y nos preparamos unos platos, que, en circunstancias normales, jamás se nos ocurriría mezclar tal cantidad de viandas antes de ir a trabajar o a comenzar las tareas cotidianas, pero nos excusamos… “¡¡Estamos de Vacaciones!! ”  

Ya saciados, comienza la rutina vacacional, bajamos  a la playa o paseamos por la montaña, según sea nuestra ubicación.
Disfrutamos del paisaje, del agua, de las olas… y nos olvidamos durante un rato de las largas semanas de trabajo que hemos dejado atrás por unos días. ¡¡Esto es vida!!   – pensamos…-
Volvemos al Hotel y tras un vermuth, repetimos el ritual, probamos un poco de comida de cada bandeja. Todo nos apetece y nos guste o no, lo probamos todo, en mayor o menor cantidad.
¡¡ Estamos de Vacaciones ¡¡
Después de tan opíparas comilonas toca el ritual más español:  La siesta, el sueño reparador que hace que nuestra digestión sea lo más llevadera posible.
Al despertar, como no, hay que hacer una escapadita a la playa, a la piscina o una visita a los alrededores, que es lo que corresponde antes de asearnos para la cena.

Una buena ducha, y nos arreglamos para la noche, repetimos ritual con la cena, (eso sí, más comedidos) y salimos a disfrutar. Cualquier cosa nos hace evadirnos, unos refrescos en una terraza, unas compras  con sus regateos incluidos en los chiringuitos playeros  o bien unas copas viendo un espectáculo de animación, o un rato bailando tomando algo en el pub más cercano, se trata de disfrutar, para eso hemos venido…

Todo esto forma parte, en mayor o menor medida de las vacaciones más o menos estandarizadas de la sociedad.

                Me encanta la cantidad de olores que se pueden distinguir cuando subes en el ascensor de un hotel, al coger la comida en el bufett del restaurante, al pasear por sus calles, al cruzarnos por los pasillos… Todos tenemos nuestro olor, nuestra fragancia, nuestro perfume, y es ahora cuando se nota la rara  combinación de fragancias mezcladas con protectores solares,  con champú y cremas para la piel, no en vano, es en verano, cuando comprobamos que nuestra piel adquiere ese tono bronceado tan bonito  y sin darnos cuenta nos dedicamos más tiempos para cuidarnos, para ponernos cremas, peinarnos mejor, perfumarnos… tenemos más tiempo para nosotros mismos, y a todos nos gusta estar más guapos/as.
Todo esto hace que tengamos un aspecto relajado, el sol, la tranquilidad, las comilonas, etc. hacen que se refleje en nuestra cara una felicidad que dura pocos días, buen color y sin ojeras, ¡¡ Lo que todo mortal firmaría para tener el resto de sus días…!!

Necesitamos el verano, y como todo, al final hasta de lo bueno se cansa uno, cuando llevas una semana haciendo lo mismo se convierte en rutina de ahí que escuchemos la frase “casi tenía ganas de volver a trabajar…estoy de cansada, necesitaría otras vacaciones para descansar de las vacaciones…” Así somos. La cosa es quejarnos siempre por todo…

Un espectáculo de gran variedad es sentarte en una terraza y observar a la gente, niños correteando por doquier, jóvenes adolescentes con las hormonas alteradas, chicas provocando a los chicos, con la necesidad de llamar la atención y tener sus primeras experiencias. Adultos que quieren estar tranquilos tomando algo, y jóvenes y adultos que prefieren el bullicio, el baile o las copas, para poder disfrutar de la noche del verano.
Esa es la magia de ambiente playero, quizá porque es la alternativa a la rutina diaria.
Por hoy, no os doy más mal…pero os dejo una reflexión de medianoche…
Nunca entendí por qué en los hoteles se sirve tan pronto el desayuno. Supongo será por los extranjeros, pero hay veces que te tienes que levantar a desayunar y volver a la cama…
Besicos..cos  con aroma a sal marina y disfrutad del verano…   

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De nuevo, mi pretendiente, no sabemos si por el calor que nos viene atacando o por qué, ha resurgido de entra las cenizas,  nos deja un claro día a día….
“Son las cinco.
Una tarde más termino mi trabajo y me voy a casa. Como siempre,recuerdo a esa persona que conocí en aquella fiesta y que me ignoró.
Sólo Dios sabe que aquel día cambio mi vida, aquellos ojos, aquella sonrisa, esa maravillosa belleza me cautivó desde el primer momento.
Y yo sigo pasando mi triste existencia pensando en que un día me hablarás.
Imagino tus palabras, y muero por oírte pronunciar mi nombre, sentir tus ojos mirándome, diciéndome cualquier cosa.
Sé que mañana al despertar volveré a pensar en ti, en esa persona que aunque no sepa quién soy, es el amor de mi vida, será mi consuelo y mi sosiego.
¿Sabes? Dejé todo lo que me unía a este mundo por una mirada tuya, y lo dejé sabiendo que seguramente nunca la obtendría, pero soy feliz imaginando cada día, que alguna vez, añorarás mis besos y mi mirada, que un día seré algo importante para ti.
Mientras tanto, seguiré imaginando que un día serás mía.
Ese será el día más feliz de mi vida y podré ya morir, sabiendo que te has fijado en mí.
Mientras tanto recibe esta misiva.
Te quiero.»